Una crisis sanitaria o de salud pública es una situación dificultosa o complicada del sistema sanitario que afecta a una o varias zonas geográficas, desde una localidad concreta hasta abarcar a todo el planeta. Suelen originar pérdidas en salud, vidas y dinero, pero a veces, se aprovechan maliciosamente con beneficios políticos o industriales.
Su gravedad se suele medir por el número de personas afectadas, por su extensión geográfica, o por la morbilidad o mortalidad del proceso patógeno que lo origina
Características
Generalmente hay tres componentes clave en las crisis sanitarias:
- Problema de salud pública
- Problema de coordinación sanitaria
- Alarma sanitaria. Mala comunicación de riesgos a la población orginando conmoción social.
Tipos
- Alimentarias
- Infecciosas
- Medioambientales
- Tóxicos
Prevención y control
- Mediante los sistemas de alerta sanitaria. Un sistema sanitario atento a las necesidades de la población está obligado a perfeccionar los instrumentos para garantizar una adecuada preparación ante sus eclosiones.
- Transparencia de las instituciones públicas o privadas. La percepción de las crisis se puede escapar del control de los expertos o de las instituciones sanitarias, y estar determinada por colectivos interesados en propagarlas o aportar soluciones interesadas. Esto exige una difícil ponderación entre la necesidad de articular respuestas y la de desactivar temores poco fundados o magnificados.
- Adecuada política de información. Surgirá la irracionalidad cuando la información se tergiverse u oculte. Afrontar una crisis sanitaria implica: respeto a la sociedad, coordinación de las organizaciones, y una institución con peso científico ante la población y ante los medios de comunicación, que actue de portavoz ante situaciones de riesgo en salud pública, para conseguir la confianza de los ciudadanos. La capacidad técnica de los profesionales sanitarios está más acreditada que la de los responsables públicos, lo que aconseja una mayor participación de los primeros y una mejor capacitación de los segundos.
- Evaluar las crisis previas o las experiencias ajenas. Las crisis son retos de los que se debe aprender, tanto de los errores como de los aciertos, pues sirven para poner apunto los dispositivos y perfeccionar la respuesta ante otras crisis. Es importante realizar análisis de respuestas previas, auditorías del riesgo y de la vulnerabilidad, investigación y ensayos, y simulacros para preparse ante las crisis futuras.
- Tener objetivos concretos: "primero, disminuir el impacto de la enfermedad y las muertes, y segundo, evitar la fractura social”.
- Preparar planes de contingencia. La preparación ante la crisis es clave, ya que permite una respuesta sólida, organizada, y con base científica. Los planes de actuación deben conocerlos los profesionales con suficiente antelación y estar adecuadamente formados; y los políticos deben ser coherentes en sus actuaciones y coordinar todos los medios disponibles. Es fundamental invertir en recursos de salud pública para preparar las acciones preventivas, y reducir las desigualdades de salud para minimizar las consecuencias de las crisis sanitarias, ya que en general siempre las sufren más los más pobres